Buscas en Roma a Roma, ¡oh,
peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas
y en Roma misma a Roma no la hallas
(“A Roma sepultada en ruinas”, Francisco de Quevedo)
Una joven actriz francesa, en 1958, se encuentra
filmando una película sobre la paz en Hiroshima. Allí conocerá a un japonés y
se enamorará de él. Pero este amor, azaroso, efímero y fuera del tiempo a la vez,
le hará recordar otro amor, en Nevers, una ciudad pequeña de Francia, durante
la ocupación alemana. El encuentro fortuito de estos dos personajes, a trece
años de la finalización de la
Segunda Guerra Mundial, dará lugar a fascinantes diálogos
líricos donde se tensiona la relación entre historia, memoria y olvido. (en la
capacidad de recordar)
A cincuenta y tres años del estreno de una película
que pisó fuerte en el terreno de la naciente “nouvelle vague” de cine francés,
revolucionando los supuestos del realismo para representar los horrores de la
guerra y de los bombardeos, volvemos a la historia de esta historia: Hiroshima mon amour.