viernes, 1 de julio de 2011

Recomendación de lectura para el Pepe Mujica


            El 20 de Mayo del 2011 el congreso uruguayo desechó una nueva oportunidad de hacer justicia sobre los crímenes cometidos por la dictadura militar que gobernó tierras orientales entre 1973 y 1985, al rechazar la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, conocida como “ley de impunidad”. El diputado del oficialismo frenteamplista, Victor Semproni, se abstuvo de votar, y de este modo la iniciativa quedó trunca por un solo voto. Antes de la elección el Pepe Mujica se había pronunciado en contra de la anulación de la “ley de impunidad”. El congreso le dio el gusto. Al conocer la noticia no pude más que volver a Juan Gelman, y encontré esto:
            Volví clandestinamente a Buenos Aires en mayo de 1978. Estaba bella la ciudad.
            Mejor dicho, bellísima bajo esos días de mayo en que el otoño porteño admite un fuego, una calor de primavera muriendo o por nacer, nunca se sabe.
            Me habían aconsejado que no caminara por el centro, que no frecuentara los sitios que solía frecuentar. Naturalmente: caminé por el centro, por los sitios que solía caminar. ¿Quién me iba a reconocer?
            ¿No estaba muerto Paco? ¿No habían secuestrado a Rodolfo y a Haroldo? ¿No habían matado al Jote, al Lino, a Josefina, a Dardo, a la Diana, tal vez? El restorán donde mi hijo escribió un poema sobre el mantel de estraza, este poema:
                                                                        La oveja negra
                                                                        pace en el campo negro
                                                                        sobre la nieve negra
                                                                        bajo la noche negra
                                                                        junto a la ciudad negra
                                                                       donde lloro vestido de rojo
el restorán estaba abierto, pero a mi hijo lo habían secuestrado dos años atrás y nunca supe de su suerte. Su mujer estaba encinta de siete meses cuando la secuestraron con él.
            Leí los diarios de la época. En “La Opinión” –donde alguna vez trabajé, que alguna vez fundé-, un compañero intelectual de la izquierda (ex compañero o ex izquierda) sumaba su vocesita paga a la propaganda de la dictadura militar. El diario era de los militares para entonces, el ex compañero o ex izquierda, también.
            Hago esfuerzos y no alcanzo a recordar su nombre. Era cuentista, o algo así, como su mujer, que se cagaba en Rosa Luxemburgo desde posiciones de izquierda. Tenía un ano de izquierda que no le habrá impedido evacuar la pitanza militar.
roma/20-5-80
           
            El escrito es de Interrupciones II, Gelmán con su inclaudicable don de la palabra, se desgarra y vomita sobre las páginas, desde su exilio en Roma. En esos años su hijo era asesinado en Uruguay, y allí, su nieta era apropiada ilegalmente. Quizás pueda leerlo el Pepe Mujica, aquel que pasó 14 años encerrado en la cárcel de Punta Carretas. Sin embargo, mejor sería que lo lea el Pepe Mujica presidente de un país sin vencedores ni vencidos…