miércoles, 27 de junio de 2012

Pequeña historia de Angela Tullida


ph DarkSoul



¿Cómo iniciar una reseña de un disco? Desde dónde pararse para emprender la tarea. ¿Desde la relevancia que tiene o tendrá en la Historia de las artes (rock es nuestro caso) la obra en cuestión? ¿En la destreza y vanidad musical de sus integrantes? ¿En la capacidad emocional de sus letras y melodías? En fin...
Obviamente, cualquier elección es arbitraria y nos compromete como oyentes y sujetos en medio de una incalculable cantidad de material sonoro, y para bien o para mal, de no sólo rock. Entonces, en cierta medida, hablar de discos o artista es hablar de nosotros como sujetos sociales y valoradores de arte inmersos en un sistema de consumo y producción.
Pero hay otra cuestión que se presenta y es ¿cómo hablar de un disco como unidad (si es que la tiene) sin mencionar la historia de la que forma parte? ¿Se puede pensar una obra aislada del resto, no sólo de las contemporáneas, sino y mas importante – creo -  de sus anteriores, de su lugar en una historia, la historia del artista o grupo? ¿Se puede pensar el arte fuera de su época e historia?
Obviamente hay varias respuestas posibles a éstas cuestiones y ninguna dará con la definitiva.
Ángela Tullida es una banda de movimiento lento, se mueve espesamente en el under desde hace más de 15 años. Su carrera discográfica es parca y descarnada consta de tan sólo cuatros discos de estudio y un reciente DVD de uno de sus conciertos en nuestra vecina Montevideo.

El primero de ellos, el inconseguible Pinchadura, es una producción que sólo se editó en cassette allá por el ´94. Un objeto totalmente despojado, no tiene cubierta, ni letras, ni nombre de temas es sólo un cassette con no más de ocho canciones en su interior. Con oprimentes y marciales, “Ejercito”, o con sarcásticas canciones sonando a un pop deforme como “Cumpleaños”, que reprocha una existencia tísica e hipócrita,   “” Hoy es tu cumpleaños supuesta alegría ( ... )  A presión/  acaso no es tu día/ acaso no era hoy/ el día de tu vida .... ”” y que se podría enmarcar en el postpunk mas crudo y depresivo, casi surreal, y mucho mas cercano a  And also the tree y el The Cure de Pornography que de Joy Division de Closer en lo sonoro de los arreglos ( la influencia del cuarteto de Manchester es una condición primaria que los tullidos llevan, aún hoy, con gran nobleza y honor). Sea como sea, el horizonte musical en donde se mueve Pinchadura es el más puro dark urbano-cotidiano.
Luego en 2000 hay un giro que coincide con su primera producción en CD. Su disco homónimo. La cubierta es una pintura de Whistler llamada coloquialmente la madre de Whistler (1871). Pero el cambio no está sólo en el tipo de edición y la existencia de una cubierta muy sugerente (la quietud de la Sra. Whistler puede llegar a ser perturbadora). En el disco se ve otro rumbo, quizás anunciado en algunas canciones de Pinchadura, pero radicalmente distinto a la hora de ser ubicado en el mismo horizonte. No es que sea un disco de pop, ni mucho menos, sino que el giro lejos de alejarlos de su centro los catapultó más a su interior. En Ángela Tullida era notoria la búsqueda, que ancló en aquel primer CD, en un clima sórdido y con letras muy beckettianas que sugieren más que lo que dicen y que dan lugar al silencio, lo mágico de esas letras está en lo que no dicen pero, aún así, lo que no esta dicho en el silencio está. La voz de Gonzalo Fabbri (Voz y Guitarra) encuentra su lugar entre las palabras de largas vocales y graves enrarecidas por las cámaras y el eco. La formación la completan: Franco Varise (farfisa, piano, acordeón), Marcelo Chiachiare (guitarra) Miguel Palacios (percusión), Marcos Camisani (violín) Pablo Pérez (bajo).  Para destacar el clima del disco? - Malecón... “Infarto en el primer anhelo/ inválido en el segundo intento/ cargado de botellas rotas/ bailando sobre ellas notas...” Una postal cercana al tango y los arrabales, a los poemas de Evaristo Carriego, de Juan Manuel Pombo o Fernández Moreno, la vida cotidiana vista a través del prisma sepia y distorsionado de Nick Cave, Tinderstick, Tom Waits, Baudelaire, Lonard Cohen, Francis Bacon, Georg Grozs, Scott Walker, etc. Esta nueva manera de sonar es la atmósfera perfecta para describir esos arrabales que ya no son tangueros, sino que son el desecho de una existencia pauperizada (reacuérdese que el disco en el 2000)
El disco siguiente llega cuatro años después y lleva el nombre de Miseria, un disco mas refinado desde la producción mas cuidado en detalles. Este disco es, o mejor, tiene el aspecto de un disco crepuscular. La tapa es un atardecer o amanecer (a veces esos momentos se confunden fácilmente) en el campo con un molino quieto en sus aspas no circula ni una gota de aire.


El disco abre con “El Barco” canción de tintes casi hímnicos de procesión  “” vuelvo al barco con las luces, bajas de pescador (...)  nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar/ y navegare por la aguas bajas de voluntad... “”
Como en un poema de William Blake o Georg Trakl el canto es a lo transitorio, al estado de constante migrar que caracteriza nuestra existencia.
Los climas oprimentes y saturados dejan lugar a imágenes claras y arreglos cristalinos guitarras eléctricas sin efectos, salvo un oportuno octavador, se apoyan solo en la ecualización de los amplificadores. La presencia de acordeón y violín es mas notoria y climática, además del aire urbano de chason francesa de algunas canciones, hacen de este trabajo un paso hacia ese horizonte sonoro siempre movedizo que gira en torno a los tullidos. Las letras conservan el tinte melancólico y borracho, historias que se cuentan sin eufemismos, que se narran con la sola poesía de su suceder, es la despedida, el amor hecho pedazos a nuestros pies, es la ilusión despedazada sin consuelo por el propio error  “” cargo con la culpa de mi propio error, maté a mi amor y me condenó / hacia el puerto viejo del alcohol y me emborrache “” (El Cardenal)  “”nunca creí, que iba a morir / y ahora estoy tirado / yo nunca pensé que te iba a perder ... “” (Quemado) o amanece, quizás, morír / un día mas, de mas , quizás / y una ilusión, cantó, el final / y una traición, me habló, bailó “” (Soledad).
Un disco donde predomina el vaudeville, el paso doble, la chason francesa, pero que no deja la impronta, que ya es un sello tullido, del descarnado panorama y la canción de melodías turbias y quebradas. Para destacar el bonus del disco (La cama vacía) desgarrador poema de Juan Manuel Pombo al que la voz de Fabbri y Pedro Dalton (cantante de Buenos Muchachos, banda Uruguaya) enaltecen en medio de un clima sombrío y decadente.
Tripas Corazón es el último trabajo de los tullidos. El mismo fue grabado entre 2007 y 2008. Un disco mas producido, distribuido por un sello que tiene mas renombre como Ultrapop que el exquisito sello de Miseria (Oui oui Record) Este disco es un disco mas adulto si se quiere, pero adulto en un sentido distinto al que solemos darle. Es un disco definido y claro. Con un raro humor y optimismo digno de aquellos que nada tienen que perder.
La mirada que existe en el interior de sus canciones, aunque sórdida, muestra destellos de luminosa ironía. Cada letra o canción es un  fotograma de la vida desolada y ultraubarna, de la vida en los márgenes de lo social y moral. Aquel fragmento de Pizarnik que dice “una mirada desde la alcantarilla / puede ser una visión del mundo... “ (el árbol de Diana 1962) es un hecho en Tripascorazón y por ello, el mundo construido por los tullidos es un mundo entre sombras. El poetizar de Fabbri se centra o pone su atención en la ciudad como escenario del escarnio. La ciudad es transfigurada por el sujeto y su mirada. Las letras hablan de una ciudad sin aura, derruida sin brillos modernos. Tripascorazón es la puesta en metáfora del hastío, del Spleen boudelaireano.
El tema que abre se puede leer como un prólogo del “humor” del disco, “” Insoportablemente loco estaba al pedo / sentado en la vereda mirando de retina / como se le pianta el suspiro a la vecina / cuando pasa el logi del muchacho calavera “” (Tumba Carnero) “” ... Hay que hacer de la vida /  una ilusión, para luego olvidarla /  (...) Hay que seguir la vida / hay que aguantarse la vida ... “” (Tripas Corazón) Pero también habitan otros personajes en TC, no falta el travesti viejo y marchito(Federal), ni la bataclana desvencijada (Vieja Loca) La vida que no es visible y que late a nuestro alrededor en forma fantasmal, eso que no deseamos ver, y que, sin embargo, es el sustrato que se hace presente en todo tripascorazón
Desde lo musical los tullidos acentuaron el camino comenzado allá por el 2000, las canciones constan de una mayor exquisitez y producción, refinados y calculados arreglos e invitados en vientos (tímbrica poco, o casi nada, utilizada en los trabajos anteriores), el bandoneón (a cargo de Fabbri) ocupa el lugar merecido y las guitarra de Chiachiare suena e lo Lepera reinterpretando a Cash. Piano, violín y la ajustada percusión minimalista hacen de los acentos y vericuetos arrabaleros de Tripascorazón el disco mas tullido hasta el momento, si bien en su momento todos ostentaron ese lugar.
Para rescatar la dupla vocal que se refuerza entre Dalton y Fabbri poniendo las voces a unas de las letras mas cerradas y reales, de fragmentos de una narraciones mutilada, como aisladas y sin consecuencias ... “” La madrugada en-tra-ba / en la botella solo hay sol  / Adelante y suerte / bebo tranquilo al ver-te ..”” (Adelante y Suerte)
Los tullidos parecen haber encontrado su lugar y su sonido en un circuito donde nada nuevo sucede muy seguido. Ellos, supieron  encontrar y definirse estéticamente en toda su historia, encontraron un idioma tanto musical como lírico o poético dentro del marasmo de repetición y look que es el under local y porteño en la actualidad. Lo que hace sospechar que concientes del lugar ocupado quieran migrar a nuevas formas y horizontes sonoros, buscando la novedad con la que expresar el mundo nuevo y de todos los días... 

Hernán Minardi
ph  Martín DarkSoul

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