Por Agustín Arzac
Publicado en diario NEP
Arriba quemando el sol
Milagro Sala y la revolución tupaquera
“Ahora que regresa la esperanza
y la tusca de la vida ya se está por apagar”
Cinza-Dubin (Tango villero)
Presentar una entrevista
a Milagro Sala supone un repaso previo, al menos breve, sobre los doce años de
construcción de la Tupac Amaru.
Construcción de poder popular, de dignidad, de autoestima y de respeto.
Hoy, el resultado es un
movimiento organizado desde las bases, con una formación de cuadros permanente,
con 900 delegados en más de 14 provincias que no agachan la cabeza ante nadie,
jamás. Pero Tupac Amaru es hija de la resistencia al neoliberalismo más salvaje
en la zona más olvidada y más pobre de la Argentina. A fuerza de piquetes
y escraches, y soportando con estoicismo la represión -que ya les cobró 11
vidas-, supo cargarse a 5 gobernadores en menos de una década y romper con
lógicas asistencialistas y de clientelismos tan arraigadas en la provincia. Y
por eso es lo que es.
Sus fuertes, sus
trincheras han sido las copas de leche en los barrios. Vendiendo empanadas y
bollos, en la cancha o en los bailes, pudieron levantar los hornos de barro en
cada villa y fueron sumando cientos de compañeros. Y nunca tuvieron ayuda del
gobierno, ni bolsones de comida, ni subsidios.
En 2003, Néstor Kirchner
les dio el primer plan de construcción de viviendas: 200 casas que tenían que
ser entregadas en 6 meses. Y la construcción deja mucha plata, dice Milagro. “Y
que mejor que nos deje mucha plata y que la pongamos otra vez en escuelas, en
fábricas, en hospitales, para que todos tengamos trabajo, educación y salud”...
La construcción de
sentidos en lo simbólico, las referencias permanentes al Che y a Evita como ejemplo
de personas consecuentes, solidarias y luchadoras, han formado conciencia
revolucionaria en cada uno de los tupaqueros. La tradición, las costumbres, los
antepasados, la veneración a la pachamama han sido rescatados del olvido. La
hermandad que los une a Evo Morales y al pueblo boliviano nos habla de un nuevo
despertar Nuestroamericano, el sueño de la Patria Grande.
La marcha del apagón
“En Ledesma y Calilegua una noche sucedió,
se llevaron compañeros la noche del apagón.
Los Blaquier y los milicos fueron dueños del terror,
secuestraron, torturaron, no hay olvido ni perdón
Venimos aquí, para juzgarlos…
los compañeros jamás serán olvidados…”
La noche del 27 de julio de 1976 se cortó el
suministro eléctrico en todo el departamento de Ledesma, provincia de Jujuy,
mientras policías, gendarmes, militares y capataces de la empresa “Ledesma”
allanaron y saquearon viviendas en Libertador General San Martín y Calilegua.
En vehículos de la empresa se trasladaron más de 200 trabajadores, estudiantes
y profesionales a galpones de mantenimiento del ingenio azucarero, donde
permanecieron días y meses atados y encapuchados. Tras las torturas e
interrogatorios, algunos prisioneros fueron liberados o enviados a comisarías y
cuarteles militares; otros destinados a cárceles de distintas provincias.
Treinta aún permanecen desaparecidos.
Cinco años más tarde, Olga Aredez comenzó a marchar
cada 27 de julio desde el pueblito de Calilegua hasta Libertador San Martín
reclamando justicia por su esposo, quien fuera el intendente de Libertador, y
el único médico del pueblo. En 2005, esta incasable luchadora por los derechos
humanos murió de un cáncer de pulmón inducido por la bagazosis, enfermedad presente
en muchos pobladores y que es causada por el bagazo (desecho de la
caña de azúcar) que produce desde hace décadas la planta pastera y azucarera
emplazada en pleno centro de ese pueblo jujeño.
Milagro,
queríamos conocer tus sensaciones sabiendo que la justicia popular está por
caer sobre uno de los genocidas más poderosos de la provincia, y también que
nos cuentes cómo viviste la marcha de ayer que ha sido histórica…
La sensación que tenemos es que estos tipos tienen
un poder muy fuerte, no sólo en Argentina sino también en Latinoamerica. Que se
están aferrando a hacer lo que hizo el directorio de Blaquier. ¿Qué es lo que
hizo el directorio de Blaquier en estos últimos 10 días? Llamó a conferencia de
prensa, hizo panfleteadas, hizo toda una historia donde culpaban a las
organizaciones sociales y a la comisión de derechos humanos, hijos y familiares
de ex presos políticos, donde decían que estaban siendo culpados injustamente y
que en realidad no había pasado nada, que ellos nunca prestaron camiones, nunca
nada. Después, hace unos días, cuando se acercaba la noche del apagón,
comenzaron a decir que en realidad los milicos eran demasiado fuertes y les
sacaron los vehículos. En Calilegua y en Ledesma hubo 33 compañeros
desaparecidos, que en principio fueron 200 compañeros detenidos. Los llevaron a
Guerrero y ahí los torturaron.
Todo lo que ellos digan es una mentira y una
aberración. Porque los que viven en Ledesma, los que viven en Calilegua, han
perdido el miedo. La gente en la marcha lo demostró.
Esta es una lucha que viene de hace mucho. Yo vengo
marchando desde hace 29 años, cuando éramos 10 o 15 personas.
El otro día contábamos la anécdota cuando los
camiones de Ledesma nos pasaban raspando las orejas. Nosotros éramos jóvenes,
yo tenía 19 años. Íbamos con Olga Aredez y ella nos decía que no había que
bajar los brazos, que acá teníamos que seguir. Cuando nosotros pasábamos la
gente cerraba las cortinas, tenían mucho miedo.
Cuando hicimos la marcha del 24 de marzo, nadie
creía que los íbamos a tener a los genocidas en Jujuy sentados en un juicio. Porque
se venían postergando se creía que ese día nunca iba a llegar. Pero después del
24 renunció un juez y asumió el juez Poviña. Ese día nosotros nos abrazamos con
los compañeros y lloramos. Llorábamos de alegría porque decíamos, por fin vamos
a ver sentados a todos estos genocidas. Y cuando nos anuncian los juicios más
contentos nos pusimos porque decíamos “vamos a ser protagonistas”.
Es muy fuerte la conciencia que han tomado las
organizaciones sociales y el pueblo de Jujuy acompañando en las marchas. Cada
vez que se acercaba la noche del apagón, 10 días antes pasábamos videos, hacíamos
charlas con jóvenes, con partidos políticos, con las organizaciones sociales,
con los vecinos, y anunciábamos en la prensa, e íbamos a las plazas, nos instalábamos
con la radio abierta. Siempre nos decíamos: “che nosotros apostamos mucho,
¿Pero alguna vez podremos dar vuelta la historia? Y las madres, y Olga nos decían:
“si no lo hacen ustedes lo van a hacer los hijos de ustedes”.
El día que comenzaron los juicios llegamos con más
de 150.000 compañeros al juzgado, suspiré y lloré, y no paraba de decir “ya
cumplí, hasta aquí llegué”. Y había una madre y abuela de plaza de mayo
adelante mío que se dio vuelta y me dijo: “¿Qué has cumplido?” Y me sacó para
afuera del juzgado y me dijo: “Vos todavía no has cumplido nada, porque estos
tipos están sentados aquí adentro, pero ahora tienen que ir a la cárcel común,
porque si ustedes de las organizaciones sociales ya dicen que cumplieron y se
van a las casas, estos tipos van a saber que ustedes se han ido a las casas, y
acordate que los juicios se van a comenzar a atrasar”. Y si uno se pone a
pensar, la presión más grande que han tenido acá en Jujuy son los jujeños en la
calle. Se logró cambiar un juez. Nunca en Jujuy, en una marcha de 24 de marzo, se
habían visto más de 100.000 personas en la calle. Nunca se vio el 26 de junio
en Calilegua y Libertador la cantidad de gente que se vio, a pesar de que
hicieron una campaña nefasta. Es impresionante. Impresionante la cantidad de
conciencia que andan caminando por la ruta, que andan caminando por las calles
de Jujuy. Uno se entra, no a relajar, pero si a sentirse un poco más tranquila
porque sabe que ya no está solo. O no somos únicamente las organizaciones
sociales, somos muchos.
¿En qué consistió la campaña de hostigamiento que
llevó adelante la empresa Ledesma en estos días previos a la marcha?
Nosotros a Libertador fuimos con un poco de temor, ¿y
mira quién te lo dice, no?
Fuimos con un poco de temor porque el ingenio
Ledesma había dicho a los trabajadores que nosotros íbamos a quitarle los
puestos de trabajo porque queríamos que cierren la fábrica. Y a mi me da mucha
bronca, porque como pueden inventar tremenda mentira y aberración, si nosotros
sólo queremos que los tipos que estuvieron implicados con los genocidas vayan a
la cárcel, simplemente. Nosotros no estamos yendo contra los trabajadores, como
vamos a ir contra 4.000 familias que es lo que significa el ingenio Ledesma.
Por ese lado el ingenio empezó a apretar a los
mismos trabajadores para que salgan a la calle, defiendan a Blaquier, porque si
no iban a tener que cerrar la fábrica y se iban a tener que ir. Ahí nomás
dijimos que si se tenían que ir que se vayan, pero que dejen la empresa para
los laburantes, que ellos iban a saber armar cooperativas y se iban a hacer
cargo de la empresa.
La historia argentina nos ha demostrado que cuando
los laburantes se hacen cargo de las problemáticas, las soluciones vienen mucho
más rápido. Porque las empresas trabajan para una sola familia y los laburantes
lo hacen para todos, para muchas familias. Y bueno, nosotros salimos a
responder con eso y hemos demostrado que hubo más de 50.000 personas en un
pueblo tan chico como Calilegua y Libertador. Las calles se han visto
desbordadas, los comercios todos abiertos, la gente cuando pasaban por la
vereda aplaudían, saludaban. Y eso la verdad que a mí, que me conocen como una
mujer dura, fuerte… las lágrimas se me iban porque miraba para arriba y sentía
que Olga Aredez estaba al lado nuestro. Porque ella fue nuestra maestra, la que
nos enseño a caminar en medio de la ruta.
Cuando decían que íbamos a ir a romper todo, yo les
decía, tranquilos que el tiempo nos va a ayudar, que nosotros vamos a romper
conciencias y ese día la historia va a cambiar. Y hoy somos participes de esta
historia. Y te lo digo humildemente. Cuando digo protagonista digo uno más, de
los cientos de compañeros que caminan por las calles pidiendo justicia por los
30.000 compañeros desaparecidos.
En ese sentido, nosotros queremos agradecerte el hecho
de que nos hayas invitado, porque además de la maravillosa experiencia que nos
llevamos de aquí, viviendo la organización de la Tupac y experimentando una
realidad algo exótica como es ver al pueblo argentino conquistando salud,
vivienda y educación digna, además de eso, pudimos marchar contra estos
genocidas como lo hacemos en otros juicios en La Plata o en Buenos Aires…
¿Sabes por
qué nosotros invitamos a distintas organizaciones sociales o a distintos
partidos? Porque sentimos que hay muchos que dicen “vamos a Cuba, vamos a ver
la experiencia de Cuba”. La experiencia de Cuba es muy linda. Yo también he
ido, cuando tenía 18, 20 años, y vine con toda la cabeza destrozada. En ese
tiempo no tenía hijos, entonces decía, vengo arreglo todas las cosas en Argentina,
agarro ropa y me voy a vivir a Cuba. Yo me voy, no tengo nada que hacer en
Argentina, acá estamos muy atrasados. Cuba es lo que nos rompe, es la verdadera
Revolución, en la salud, en educación, es mucho mejor en todo. Y me acuerdo que
un amigo que tengo desde que somos chicos, de militancia, el “Nando” Acosta, con
él que ya militábamos junto a Víctor De Gennaro, cuando les planteo esto me
mecharon de los flequillos y me dijeron: “¿a dónde vas vos? Pero que fácil, a
un lugar donde está todo hecho, que fácil. A cualquier le gustaría ir a un
lugar donde ya está todo construido, la Revolución , donde hablás sobre la Habana , cómo entró el Che,
cómo entró Fidel… pero dejá que esa historia la cuenten los cubanos que lo han
vivido. ¿Por qué no militamos acá? Cambiemos la historia. Cambiemos la historia
en Buenos Aires, en Córdoba, en Jujuy, en las provincias. Si se puede cambiar
la historia con la militancia de cada uno de nosotros”. Y yo que no, que estás
loco, que en Argentina no se puede hacer eso, es imposible. Y me convencieron. Los
valientes se quedan acá y los pícaros, los cómodos se van para otro lado, a
escribir libros y notas diciendo “yo soy participe”, y criticando como tendría
que ser la Revolución
o como se tendría que haber mejorado la Revolución. Y bueno,
nos quedamos acá. Y la verdad que no la pasamos nada bien, ayer les contábamos.
Que vengan ustedes es para que vean que las cosas
si se pueden, que es posible todo, y que es posible acá en la Argentina. Porque
no sólo en Jujuy se construyen viviendas, hay predios de natación, fábricas. Los
compañeros de la Tupac
de Mendoza también lo tienen. Los compañeros de Córdoba ya están con su
experiencia también.
Humildemente digo que si hay alguien que puede
hacer las cosas mejor que la
Tupac de Jujuy yo voy a ser la más feliz. Esperamos siempre
que el ejemplo nuestro multiplique las experiencias en otros lados. Porque lo
que queremos es el cambio para los argentinos y no únicamente para una
organización social. Que todos puedan estudiar mientras sus padres trabajan.
Que se terminen los famosos comedores o las copas de leche. Porque el día que
ya no haya pobreza en Argentina va a volver a ser como en la época de Evita.
Evita sabía decir que era una lástima que en una
Argentina tan rica haya muy pocos ricos y muchísimos pobres. La idea es que se
tiene que empezar a distribuir la riqueza para todos. A pesar de que este
gobierno popular está haciendo cosas para los argentinos.
Creo que después de Perón, es el gobierno donde se
ve que parte de la distribución de la riqueza está yendo para los que menos
tienen. Por ejemplo la Asignación Universal
por Hijo, que nosotros veníamos discutiendo desde la CTA y se hizo una votación y
empezamos a planteárselo al gobierno. En ese tiempo era difícil verlo, pero hoy
existe. Hoy están las cooperativas de construcción, donde los fondos vienen
para que nosotros podamos construir nuestro propio futuro. Ahora, que falta
más… sí que falta más.
Falta una política mucho más fuerte en la cuestión
de pueblos originarios, en la entrega de tierras directa, una política mucho
más seria en salud y en contra de la contaminación. Y nosotros no estamos yendo
en contra de las empresas mineras. Que quede claro. Hay dos cosas, uno cuando
habla de contaminación, lo primero que dicen los dueños de las empresas es
“están queriendo que nos vayamos”. No, nosotros queremos que esa empresa deje
de contaminar y que dejen de cavar nuestros cerros como topos. Porque vienen
con las maquinas, los explosivos, te cortan los riachuelos y te contaminan todo.
Eso es lo que no se tiene que hacer. ¿Quieren la explotación del mineral?
Busquemos otra manera. Nosotros no le queremos sacar el trabajo a nadie, la
gente tiene que trabajar. En el norte, cerca de Chile, los jujeños tienen que
trabajar y es un hecho. Por eso nosotros pedimos a los gritos la distribución
de la riqueza. Para que la plata llegue hasta el lugar más inhóspito de la Argentina. Donde
no llegan ni bolsones de comidas, ni un puesto de trabajo, ni una vivienda, un
hospital, donde no llega un pavimento ni un cordón cuneta. ¿Y si estos tipos se
están llevando este montón de plata por qué no invierten y levantan un hospital
a todo trapo? ¿Por qué no hacen una universidad o un terciario en La Quiaca o en La Pampa ? Que dejen algo.
Porque te podés imaginar que acá en Jujuy, la empresa minera deja un total de
12 millones de pesos al año. ¿$12.000.000? Y vos ves salir los camiones y
camiones por Chile de mineral. Nosotros seguimos siendo los hijos de la pavota,
los pueblos originarios. Nos siguen robando las cosas y nosotros aplaudimos. Y
encima le tenemos que salir a agradecer por los $12.000.000 que nos dejan. Los
doce millones los pueden hacer un rollito y ya sabes lo que pueden hacer.
Nosotros lo que queremos es que no contaminen y que si ellos van a seguir
sacando mineral como sacan les cobremos mucho más, y les pongamos controles
mucho más fuertes en contaminación y en saber qué se llevan de la Argentina. Vas
a ver que ahí los tipos van a pagar el verdadero impuesto. Y con el impuesto
que se les cobre a estas empresas, como también a “Ledesma”, a “La Esperanza ” o a “La Mendieta ”, vas a ver que
a Jujuy no le va a ser falta plata de ningún lado.
La manera de hacer política tiene que cambiar.
Nosotros lo hemos demostrado. A nosotros nos dan la plata, construimos las
viviendas y con lo que nos queda construimos un mundo de cosas. No para la Milagro Sala , para miles y
miles de compañeros. Nosotros tenemos centros de salud, que son
mini-hospitales, y viene todo el mundo a atenderse. Acá no hace falta que te digan:
“a ver dame la tarjetita de afiliación”. A todo el mundo se lo atiende gratis,
y si hay que internarlo de urgencia se lo interna y si hay que operarlo de
urgencia se lo opera. Y en la escuela lo mismo, a todo el mundo se lo prepara.
La única exigencia es que tanto el padre, como la madre y el hijo se prepare y
estudie. Cuando uno pone alguito de voluntad vos podés llegar a tu meta. Nunca
es tarde para estudiar ni para prepararse.
Por eso para nosotros que vengan ustedes para acá
es una inversión. No para nosotros, para los argentinos. De los 60 que han
venido, aunque sea 2 que se pongan a laburar y hacer lo que hicimos nosotros.
Ahí nosotros cumplimos con la inversión. No haciéndose “tupaqueros”, nadie pide
que bajen las banderas que portan. La Argentina es tan grande que nos necesita a todos.
Sin egoísmos.
Y también para que aprendan como nosotros los
jujeños llevamos muy adentro nuestras raíces. Antes, a nuestros abuelos en los
trueques les ponían una bandeja de papa y otra llena de oro, y ellos siempre
elegían la de papa porque con esa sacaban las semillas y tenían para comer
ellos y sus hijos. Porque también ellos saben decir que la tierra los
dignifica, el abuelo agua, el abuelo cerro les trasmite la energía cuando
pescan o cuando andan cazando.
A veces, cuando hablan de Jujuy dicen que estamos
atrasados, pero nosotros estamos demostrando que en realidad estamos muy
adelantados. Ya de adelanto abusamos; porque no queremos hacer las cosas bien,
las queremos hacer excelentes. Las cosas las mejoramos día a día para que nadie
pueda decir “yo te di eso y gracias a mi hiciste eso”.
Ver esta organización, la estructura que lograron,
que no es otra cosa que el pueblo organizado disputando poder, nos lleva a
preguntarte cuáles han sido y cuáles son las grandes diferencias y los puntos
más álgidos de conflicto con el gobierno provincial...
Cuando nos dieron para construir las primeras
viviendas, el gobierno de la provincia se puso loco porque las empresas le
empezaron a hacer despelote; ellos tenían la construcción de viviendas.
Entonces entramos en discusión con ellos, si tenían que hacer 1.000 viviendas
por año y hacían 100. Ellos se excusaban diciendo que subía el material, esto y
lo otro y “hasta que no me reconozcan lo que vengo gastando yo no puedo seguir
construyendo”. Pero la mentira se caía porque ellos hacían las mismas viviendas
que nosotros y el porcentaje que les quedaba era muy grande. Por ejemplo, nos
pagaban $70.000 por vivienda construida y a ellos $140.000. Un 100% más… y sin
embargo subía la bolsa de cemento y ellos paralizaban la obra; y nosotros no
podíamos parar porque cada 6 meses teníamos que entregar 500 viviendas. Todos
estamos de acuerdo que sube el cemento, sube la cal, pero convengamos que la
construcción deja mucha plata. Y está demostrado. Mirá toda las cosas que
hicimos con la plata que queda de la construcción. Y esa fue una discusión que
hubo en la mesa del gobierno de la provincia.
Nunca le pedimos que nos prefieran a nosotros. Si
quisieran darnos la mitad de las casas a nosotros y la mitad a ellos, perfecto.
Pero así como nos cuentan las costillas a nosotros se las tendrían que contar a
ellos. Nuestra organización social prefiere llevar la plata que queda a las
familias tupaqueras, que son cerca de 70.000 afiliados.
Después, el sector político muy fuerte en la
provincia y los grandes empresarios no quieren saber nada con que las
organizaciones sociales tengan tanto poder. Pero nosotros en la década del ’90
nos quejabamos que la educación era muy mala y la salud también, y a nosotros
no nos gusta vivir de la queja.
¿Y cómo crees que se puede empezar a dar éste mismo
proceso en Buenos Aires, donde existe otro tipo de disputa territorial, donde
muchos partidos políticos se pelean por el dominio de un barrio y donde también,
la manera de hacer política es distinta porque es otra la idiosincrasia de las
personas?
En Buenos Aires hay un montón de tipos que quieren
vender tierra. Compremos tierra; suponte 20 hectáreas . Y como
son tierras tuyas, nadie te puede decir lo que podés hacer o lo que no podés
hacer. Y ahí podés construir un propio barrio, con los compañeros. Conseguimos
la construcción de viviendas y lo hacemos.
Tenemos la experiencia muy bonita con Nelly (Rojas)
en Mendoza. Ella vivía llorando, me llamaba para decirme que el intendente no
la quería atender, que esto y lo otro. Que no le querían dar tierras para
trabajar porque todas estaban para el viñedo. Y yo le dije, deja de llorar
porque yo puedo ir y patearle la puerta al intendente pero después yo me voy a
venir y va a hacer lo que quiera con vos. ¿Qué hizo Nelly? Fue, tomó la
intendencia, le pateó la puerta, armo un bardo que mama. Y me llamaban a mí
para ver como solucionábamos el bardo que había armado. Y yo tranquilamente le
digo “no tenés que arreglar conmigo sino con Nelly, porque ella vive en
Mendoza. Sentate a arreglar con ella y dale la solución porque ella te pide
tierra y ustedes tienen un montón de viñedos al pedo que no están siendo
trabajados”. Y me dice “eh, pero esa tierra está llena de salitre”. “Dale,
igual dale, nosotros veremos que vamos a hacer con eso”; y hoy tenemos más de
300 casas construidas en Mendoza. Y quien podría creer que en Mendoza, que es
una sociedad muy dura contra los que menos tienen.
Entonces compremos unas tierras en Buenos Aires,
veamos de donde mierda sacamos plata, hagamos las casas como sea, y vas a ver
que una vez que así sea muchas otras organizaciones van a empezar a trabajar
porque van a ver que se puede.
Buenos Aires cree que es las villas, el conurbano y
nada más. Ahí nomás hay un montón de campo que están al pedo. ¿Por qué no
agarrar los campos esos...? Creo que estoy avivando demasiado.
Nuestros cantris tienen todo, sólo falta el
pavimento. ¿Y sabés cuál es la única diferencia con los countries de ellos? Que
los nuestros están llenos de cabecitas negras. Y que los chicos nuestros se
meten a la pileta todos juntos, hacen así con las manitos y toman sol. Sí se
puede, es cuestión de meterle para adelante. Que va a haber piedras en el
camino, las va a haber. Nosotros pasamos piedras, murallones, de todo. Hasta
costó la vida de muchos compañeros, y a mi me quisieron tirotear dos o tres
veces. Pero ninguno de mis hijos que militan al lado mío, me van a decir nunca
que deje, por miedo o por lo que fuera. Porque todas esas cosas nos dan más
fuerza. Nos hacen avanzar.
Por último Milagro, quisiéramos que nos dejes una
breve reflexión sobre éste Estado paralelo que están construyendo.
¿Pareciera un Estado paralelo, no? Porque la verdad
que competimos con la salud del Estado, con la educación del Estado, con la
construcción del Estado. Pero competimos de muy buena manera, sino que tratamos
de llegar a donde no se está llegando. Y por ahí cuando entregamos medicamentos
controlamos que se tomen y hacemos seguimientos de cada caso hasta que los
pacientes están curados. Una vez que se curó, que siga con su vida; pero si
vemos que hay que hacer algo mucho mejor de lo que estábamos haciendo, se
hace. Con la educación lo mismo, no
permitimos que ninguna mamá, ni ningún chico o joven deje de estudiar. Nosotros
vamos y los buscamos, y por ahí nos dicen “no tengo para zapatillas”, entonces
tomá las zapatillas, y “no tengo para el colectivo”, tomá para el colectivo…
somos muy cargosos. Y ya estamos teniendo buenos frutos de todo eso. Somos los
mejores en el básquet en Jujuy, somos los mejores en matemáticas, el otro día
los chicos del secundario Olga Aredez sacaron primer premio en Buenos Aires con
un documental sobre el 24 de marzo. Los que nadan, los que juegan al rugby.
Esta inversión que hacemos es para sacar estos frutos, y es lo que no entienden
los sectores políticos, porque no entienden nada de lo que hacemos.
Y vamos por mucho más de lo que tenemos.
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